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El Mercedes-Benz AMG One tiene cinco motores y más de mil caballos de potencia.

Por: Julián Afonso Luis / @JAL69 (Twitter)

Mercedes-Benz presentó la versión definitiva de su esperado hiperauto de alto nivel, conocido como el GT-One durante su desarrollo y que se denomina definitivamente Mercedes AMG One.

El superdeportivo alemán es el resultado de cinco años largos de trabajo, en los que se involucraron varias divisiones de Daimler-Benz como su marca Mercedes-Benz, la división deportiva Mercedes-Benz Motorsport y la unidad de alto rendimiento Mercedes-AMG.

Una de las incógnitas despejadas al mostrar el auto definitivo es que Mercedes-Benz cumplió su promesa de crear un hiperdeportivo en torno a una unidad de potencia proveniente de la Fórmula 1, para uso legal en vías públicas.

Según expuso Philipp Schiemer, CEO del Consejo de Administración de la división Mercedes-AMG, con este auto “superamos sobradamente todos los límites al enfrentar el desafío técnico de adaptar un moderno sistema de propulsión de Fórmula 1 al uso en las calles”.

Schiemer añadió que “durante la fase de desarrollo muchos pensaron que el proyecto era imposible de concretar, pero nuestros equipos de trabajo en Affalterbach (Alemania) y Brackley (Gran Bretaña) nunca se sintieron derrotados y creyeron en sí mismos. Mi mayor respeto por todos los participantes del proyecto.  Estoy orgulloso de este trabajo en equipo“.

AMG One: rompecabezas tecnológico

No usar el término “motor” y reemplazarlo por “unidad de potencia” es obligatorio en un auto como el AMG One, pues su tren de mando combina un motor térmico y cuatro de tipo eléctrico, que generan una potencia total combinada de 1.049 caballos. El complemento es una transmisión manual-automatizada de siete relaciones.

Un bloque V6 de 1,6 litros de desplazamiento con un turbo sencillo salió de las entrañas de un monoplaza Fórmula 1, para complementarse con un motor eléctrico instalado en cada rueda frontal, así como otro en unidad con el motor térmico y el restante en combinación con el turbo.

El propulsor V6 genera 566 hp, gracias a sus levas dobles y a un ecológico sistema de inyección directa. Además, su sistema de válvulas reemplaza los elementos mecánicos con aire a presión, por lo que puede operar a un régimen de 11.000 rpm.

Por su parte, cada planta eléctrica que se instaló en las ruedas frontales genera 161 hp. Su diseño es similar al del motor eléctrico que se combina con el de gasolina, excepto que este último se integra al cigüeñal. Finalmente, el cuarto motor hace unidad con el turbo y aporta 121 hp más, y es parte de un complejo sistema de recuperación de energía cinética, derivado de su experiencia en la Fórmula 1.

El resto de la unidad de potencia lo conforma un juego de baterías ultraligeras, de 8,4kWh de capacidad, que adopta un sistema especial de refrigeración a base de líquido. El sistema es enchufable, por lo que las baterías pueden recargarse externamente, y el auto puede recorrer hasta 18 kilómetros en modalidad totalmente eléctrica.

Las prestaciones anunciadas implican una velocidad máxima de 350 km/h. El auto puede acelerar de 0 a 100 km/h en 2,9” y hace el cuarto de milla en 10”.

Construcción futurista en todos los detalles

El hiperauto de Mercedes-Benz recurre a una estructura monocasco de aluminio y kevlar, a la que se instalan suspensiones de tipo push-rod (barras de empuje) inspiradas en los autos de Fórmula 1 y especialmente configuradas para obviar el balanceo de la carrocería al tomar curvas.

En combinación con el sistema de tracción total, Mercedes-AMG configuró tres ajustes de suspensión, denominados Comfort (estándar), Sport (deportivo) y Sport Plus (extremo). La tecnología vectorial de torque permite emplear un ajuste de motor acorde al ajuste de suspensión elegido, lo cual resulta inédito en un auto de serie.

Además de ofrecer ajustes de suspensión y de unidad de potencia, el AMG One cuenta con ajustes aerodinámicos, que alteran la incidencia de elementos de carrocería y chasis, como el alerón trasero y las piezas ajustables sobre los pasos de rueda. En este caso hay una configuración estándar y otra que se denomina Race Plus, cinco veces más efectiva.

Un tercer ajuste aerodinámico, denominado Strat2, se concibió para pistas de carreras. De igual forma, Mercedes AMG también configuró la modalidad Race DRS, que reduce la resistencia aerodinámica al mínimo y amplía todos los parámetros mecánicos para alcanzar velocidades extremas en recta.

La propuesta se completa con rines especiales de 19” de diámetro y diseño de diez radios. Opcionalmente es posible pedir ruedas más ligeras, de nueve radios. A su vez, las llantas las suministra Michelin, que desarrolló a medida la especificación Pilot Sport Cup 2 M01.

Los frenos recurren a discos frontales cerámicos de seis mordazas, con 15,6” de diámetro, y discos traseros de 15”, con cuatro mordazas, aunque es posible pedir la misma dotación que emplea el eje frontal. El sistema antibloqueo y el control de frenada forman parte de la dotación.

Hiperauto sinónimo de hiperlujo

Los esfuerzos de diseño también se aprecian a los asientos, que serán moldeados a la medida de cada comprador, salvo que este quiera una configuración estándar que se adapte a varias estructuras corporales. En este caso, los asientos se complementan con un tapizado en cuero y Alcántara, e incluyen cinturones de seguridad de seis puntos.

El volante también es herencia de la Fórmula 1 y el panel de instrumentos se compone de dos pantallas digitales de 10” cada una.

A pesar de ser inspirado por la experiencia en la gran carpa, el AMG One pretende ser un verdadero gran turismo, por lo que sus dos pasajeros ocupan un habitáculo bien aislado contra el ruido y las vibraciones. La climatización es de alto rendimiento, las puertas tienen ventanillas eléctricas y los acabados interiores no son los de un prototipo de carreras, sino los de un auto de lujo.

El AMG One tendrá un precio de dos millones de dólares. Este valor puede incrementarse si el comprador solicita algún esfuerzo extra de personalización.  Solo se fabricarán 275 unidades y todas están negociadas, a la espera de que la primera se consigne al siete veces Campeón Mundial de Fórmula 1, Lewis Hamilton, quien desde el inicio mostró gran interés por este auto.

Aparentemente, la intención de Mercedes-AMG es que todas las unidades AMG One se entreguen en el característico color plateado de Daimler-Benz, combinado con un solo diseño interior, con acabados en cuero, kevlar y Alcántara, pero sería posible alterar eso, siempre y cuando el comprador esté dispuesto a pagar por ello.

AMG One: escaparate tecnológico

El siguiente paso en la historia del Mercedes AMG One será su debut en sociedad, lo cual será en la edición 2022 del Festival de la Velocidad en Goodwood, Gran Bretaña, donde no se descarta la presencia de Hamilton como excepcional embajador de marca.

Luego de la exhibición británica es posible que AMG intente probar un AMG One en Nürburgring, Alemania, con el fin de buscar el récord de vuelta para un auto de serie y verificar qué tanto concede este carro en su configuración estándar al récord absoluto que estableció un Porsche 919 Hybrid Evo, derivado del prototipo ganador del Campeonato Mundial de Resistencia (WEC), en 2015.

Lo que se descarta es que el AMG One se utilice oficialmente en competición o que sirva para desarrollar un futuro prototipo de carreras para el WEC. También se desestima que Daimler-Benz quiera entrar en una guerra de prestigio contra fabricantes como Bugatti, con el fin de crear el auto de serie más rápido del mundo.

Como explican voceros de Mercedes-Benz y AMG, la intención al crear el AMG One era demostrar que una unidad de potencia de Fórmula 1 se podía usar en un auto de serie. La empresa también prueba hasta qué punto la Fórmula 1 permite desarrollar conceptos como unidad de potencia, sistemas híbridos y baterías, para aplicar en autos de serie.

Según los creadores del AMG One, alcanzar el objetivo no significa que fuese fácil. A lo largo de los cinco años de desarrollo, desde que el proyecto GT-One se anunció en 2017, han surgido dificultades y retos; de hecho, hay declaraciones muy particulares que así lo avalan, como la Ola Kallenius, CEO del Grupo Daimler Benz, quien recientemente reconoció en tono jocoso que “debimos estar borrachos el día en que dimos luz verde a este proyecto”.

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