fbpx

Este año se podrían comercializar en ese país unos 6.400 vehículos, cifra muy lejana a las 491.000 unidades vendidas en 2007.

Por: Julián Afonso Luis

Tras varios años de recesión aguda, la industria automotriz venezolana comienza a dar signos de reacción, que no apuntan hacia una verdadera recuperación, pero sí sugieren que algunas cosas están cambiando en el sector automotor.

En entrevista concedida recientemente al programa radial “Ruedas, Motores y Algo Más”, transmitida por Radio Caracas Radio, el especialista del sector Luis Enrique Cárdenas ofreció una panorámica general del sector en el vecino país y explicó los cambios de tendencia que se registran.

Cárdenas, quien en su momento fue ejecutivo de ensambladoras como GM Venezolana y presidió la Cámara Automotriz Venezolana (Cavenez), expuso que durante la temporada comercial 2020 se registra un incremento en la oferta de vehículos nuevos, el cual es apoyado por un aumento en la demanda.

“Los números de importación y venta para el acumulado enero-agosto 2020 evidencian una variación positiva del 50% en relación con el mismo período de 2019. A pesar del significativo aumento porcentual, las cifras totales de ventas de vehículos nuevos en Venezuela siguen siendo muy bajas”, señaló Cárdenas.

Hay oferta, pero cambia la demanda

El especialista explicó que “la venta de vehículos de pasajeros ha seguido reduciéndose y supone un porcentaje muy pequeño del número total, representado por vehículos de alta gama y precio muy alto, demandados por un pequeño porcentaje de la población que tiene alto poder adquisitivo”. Al solicitarle precisar esa demanda en forma de modelos y productos, el experto respondió: “hablamos básicamente de vehículos de lujo, de alta cilindrada, vehículos utilitarios, con carrocería de tipo station wagon, pero que representan un porcentaje muy pequeño”.

El incremento porcentual en las ventas de automotores nuevos en Venezuela para el año 2020 confirma lo que el sector observó en 2019, cuando también hubo una evolución positiva. Al respecto, el entrevistado precisa: “desde 2018 se han presentado cambios a nivel gubernamental que propician un aumento de la demanda a través de la importación de vehículos totalmente ensamblados. Igualmente hay un repunte en las importaciones de repuestos”.

Al enumerar los macrocambios gubernamentales que han oxigenado la oferta de vehículos nuevos en el país vecino, se evidencia que “se suprimió el mecanismo de licencias de importación, se ha permitido la importación particular de vehículos usados y se han flexibilizado los esquemas arancelarios. Todo eso reactiva la capacidad de la industria de generar oferta en función de las características actuales de la demanda”.

Actualmente, la mayor parte de la demanda de vehículos nuevos en Venezuela se orienta hacia “unidades comerciales, de carga ligera o mediana, preferiblemente con motores Diésel o que consuman gas natural. Básicamente pick up de equipamiento sencillo o camiones de reparto”, señala el exdirectivo.

La producción local no reacciona

Al analizar las razones por las cuales ha cambiado la demanda por vehículos nuevos, Cárdenas explicó que “los usuarios promedio no tienen capacidad adquisitiva para cambiar su actual vehículo por uno nuevo, pero las pequeñas y medianas empresas sí están logrando cierta capacidad para renovar flotas, en consecuencia, con una pequeña reactivación de su actividad comercial a causa de la apertura de las importaciones. Así, actualmente el reparto y distribución de mercancía le da forma a esa demanda”.

En todo caso, el incremento de la oferta en términos porcentuales es mucho más significativo que el aumento en términos numéricos. “Según los números que manejamos, entre enero y agosto de 2020 se importaron formalmente al mercado venezolano unas 3.000 unidades, lo que representa un incremento del 50% con respecto al mismo período del año previo. El último trimestre suele ser muy activo en el mundo automotor; fue así el año pasado y se espera que suceda la mismo en 2020. Si eso sucede, estaríamos hablando de un total para todo el 2020 de unas 6.400 unidades, en su mayoría vehículos comerciales”.

El expresidente de Cavenez advierte que las cifras y proyecciones de ventas se componen principalmente de vehículos importados, pues no se manejan cifras de producción de vehículos en Venezuela, “en caso de que las hubiera, serían muy, muy bajas”.

Otra característica actual del mercado venezolano es que “la demanda y venta de repuestos automotrices crece a expensas del usuario particular. A diferencia de lo que ocurre en las empresas, los ciudadanos no tienen dinero para comprar autos nuevos, por lo que tratan de mantener operativos los que ya tienen”.

En opinión de Cárdenas “es necesario que se sigan tomando decisiones que rectifiquen totalmente los efectos negativos que tuvo la política automotriz de octubre 2007 y las consecuentes distorsiones creadas desde entonces. También es necesario entender que siempre será mejor atender la demanda que haya (poca o mucha) con producción local y no con importación, porque son divisas que se quedan en el país y oportunidades de generar puestos de empleo locales”.

Las 6.400 unidades que estima colocar la industria automotriz venezolana entre enero y diciembre de 2020 representarían un radical cambio en la tendencia que registraba el sector hasta 2018, cuando se cumplía más de una década de recesión en las actividades locales de ensamble y en la importación de vehículos completos. Para tener una idea de la magnitud, se debe recordar que en 2007 la industria automotriz de Venezuela comercializó 491.000 unidades, de las cuales 175.000 fueron producidas en ese país.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *