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Gracias al desarrollo de un traje especial que simula los efectos que experimenta una persona soñolienta, Ford demuestra que conducir con sueño es tan peligroso como hacerlo ebrio.

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Ford le encargó al Meyer-Hentschel Institut de Alemania, el desarrollo de un “traje del sueño”, el cual le permite al usuario experimentar el efecto debilitante que supone el cansancio. El traje cuenta con unos lentes especiales que simulan un agotamiento extremo, incluyendo micro-sueños, una respuesta incontrolable al cansancio; estos pueden hacer que los conductores manejen a ciegas durante 10 segundos o más, a veces con los ojos abiertos, tiempo durante el cual pueden recorrer cientos de metros.

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Además, el equipo cuenta con un gorro, un chaleco y pesos para brazos y tobillos, que suman más de 18 kilos, lo que permite emular en forma práctica cómo afecta el cansancio a los conductores. La fatiga es un factor determinante en hasta uno de cada cinco accidentes de tránsito y, según los expertos, permanecer despierto durante períodos superiores a 18 horas puede afectar la capacidad de conducción en un grado comparable al de superar la tasa de alcoholemia de muchos países.